sábado, julio 22, 2006

Distancias, ausencias y tiempo

Hay una clásica película muy interesante llamada “El Candidato Manchurian”, la historia contada plantea la posibilidad de hacer una especie de “lavado cerebral” o programación mental al candidato presidencial mejor posicionado para las próximas elecciones de Los Estados Unidos, la idea detrás de todo obviamente es que un grupo privilegiado tendría el control del país más poderoso del mundo una vez que el candidato con la mente programada por ellos gane la Presidencia.

No puedo evitar sacar de mi mente esta película debido a dos frases que recurrentemente llegan a mí por estos días pronunciadas por personas increíblemente diferentes. “Estamos muy distantes porque constantemente está fuera de casa” y “No tengo tiempo para mí”, esta última frase inclusive la escuché doblemente de una pareja, al preguntarle cuando tendrían la hembrita para completar la parejita de hijos?, me dijeron casi en coro “No tenemos tiempo ni para tirar”.

Pareciera que al igual que en la película del candidato, nuestra mente y lo que es peor nuestra alma, ha sido grabada con tantas cosas desde pequeños que hoy gobiernan a su antojo nuestras vidas. Escuchar tantas veces esas dos frases repetidas por personas tan diversas, solo me obligan a preguntar, quien dijo que la distancia entre una pareja se mide en metros, kilómetros o millas? y quien dijo que el tiempo para una persona se mide en segundos, días, meses o años?.

Una persona puede llegar a estar sublimemente unida a otra a pesar de estar a kilómetros de distancia, a pesar de no verse frecuentemente, a pesar de no hablar todos los días del modo rutinario como supone una cercanía física constante. Por el contrario, una pareja compartiendo la misma cama puede llegar a estar tan distante y fría que hasta quizás lleguen de visita pingüinos a la habitación debido al frío congelante que sus paredes encierran, y contradictoriamente entre ellos solo pocos centímetros de distancia los alejan al despertar. Pensar luego que la distancia física es la causante de la distancia afectiva es simplemente querer abrazar una excusa para justificar algo cuyas razones son mucho mas profundas, que probablemente estén mas en la sístole y en la diástole que en el metro, el altímetro, el barómetro o las coordenadas de un GPS.

Cuando esté de vacaciones leeré todo lo que tengo pendiente. Cuando los niños estén en la escuela tendremos tiempo para nosotros, al menos para mí para ir al gimnasio será mucho mas sencillo. Cuando los muchachos salgan de la universidad y se casen ya haremos todo lo que en este tiempo no hemos hecho por falta de eso, por falta de tiempo. Llegamos tan cansados al final del día, que ni tenemos tiempo para conversar y mucho menos para salir a cenar un día de semana. Quisiera un tiempo sola para pensar en que es lo que quiero hacer con mi vida. ¡¡¡Que vaina con el tiempo!!!.

Que pasará cuando ese tiempo tan deseado por algunos haga su aparición?, simple!, será utilizado en cualquier otra cosa menos en quien, quienes o lo que se quería en un principio.

Es necesario un reloj o cronómetro para salir de una oficina justo a la hora hasta la cual se está contratado y hacer cosas para uno?. Es necesario el cronómetro para apagar las noticias del carro en la mañana y con una buena música soñar con el futuro por venir?. Es necesario contar los segundos para que de regreso a casa podamos disfrutar, preparando e imaginanando una noche espectacular, especial y apasionada?. Cuantos segundos son necesarios para disfrutar una copa de buen vino hablando estupideces con esa persona amada o en soledad pensando en la deuda externa del Perú?. Cuanto tiempo es necesario invertir para disfrutar de un atardecer espectacular como los que por esta época Caracas ofrece usando el Avila como lienzo?.

En fin, la programación que se empeñan en hacer sobre nuestra mente desde pequeños impone que estemos mas pendientes del kilometraje y del calendario, que oportunamente del corazón, de los suspiros y de las lágrimas. Borrar ese “lavado cerebral” es definitivamente necesario para disfrutar tan intensamente como sea posible y para ganar de verdad una Presidencia, pero no la de un país, sino de algo mucho mas importante, la Presidencia de nuestras vidas.

CV