miércoles, diciembre 07, 2005

Le journal de Max


Un Ejecutivo llevó sus vivencias laborales a un blog y parece que fue tan interesante que hoy dia editaron todos los post en un libro, es record de ventas, nadie sabe su identidad y
el blog esta fuera de servicio.

La reseña fue tomada de
www.lejournaldemax.com

AFP.-Paris

Al principio, el blog de Max no era más que un desahogo, la crónica en Internet de un ejecutivo francés desesperado por el universo cuadriculado de la gran empresa.

Millones de internautas la leyeron y el fenómeno derivó en un libro coronado por el éxito.

Max es un treintañero anónimo, con un alto cargo en una multinacional que perdería probablemente si se desenmascara. "Puro producto de las grandes escuelas" a la francesa, bueno en matemáticas, amante de música clásica, etc.

Su pluma acerba denuncia un mundo deshumanizado en el que ejecutivos "clones" siguen un protocolo trazado desde sus brillantes estudios, en el que "el control social está tan interiorizado que el programa de lavado de cerebro es automático".

"La realidad supera ampliamente la ficción", confía Max a la AFP.

Animado por su amigo Gégé, Max abre un "blog de descompresión para uso terapéutico" en septiembre de 2004 y comunica su pensamiento diario.

Muy deprisa, miles de internautas se deleitan con sus comentarios, que leen desde Francia, Australia, China o Malasia.

Al cabo de tres millones de visitas, la página cierra en diciembre de 2004 para decepción de su club de fans porque el autor se marcha, nada más y nada menos, de vacaciones.

La editorial francesa Robert Laffont recupera rápidamente el asunto. "El Blog de Max" se publica a mediados de septiembre en Francia, Bélgica, Suiza y Canadá, donde se han vendido poco más de 12.000 ejemplares.

Max describe en el libro los "clones" incansables e intercambiables que lo rodean, con "camisa blanca, traje negro, reloj suizo", "una jauría de jóvenes tiburones, todos perdidos definitivamente". Sus vidas son "puramente sintéticas". Los tiene numerados 1, 2, 3, 4...

"Día tras día veo cómo sientan cabeza mis colegas y van puliendo sus existencias, empeñados en podar los imprevistos más ínfimos", escribe. "El patrón admira tanta abnegación".

Max dice que trabaja en una "loquería", en una "máquina de generar dinero". Aboga por la "dimisión mental" y en los informes pone cualquier cosa.

En el delicioso mundo de Max hay apartados. La copa del viernes, con reparto de resultados semanales. Las jugarretas a los colegas. La colección de fotos atrevidas de Gégé.

Mano a mano, Max y Gégé eligen a "Miss Transeúnte", la peatona más bonita descubierta desde la ventana de la oficina. Para contratar, hacen un "currículum baloncesto": se arrugan los currículos, con el fin de darles un poco de "relieve", se hace una bola con ellos y se apunta a la papelera.

Sólo se guardan los currículos que no van a parar dentro del blanco.

"La empresa es una herramienta económica que funciona muy bien pero ha invertido de manera indebida en el campo de los valores, y yo me niego a ser corporate", explica Max, que reclama un espacio "donde aún exista el riesgo".

Desde la publicación del libro, Max recibe todos los días decenas de correos electrónicos. Mucha gente aprueba su espíritu crítico y su cinismo, dice. Otros lo acusan de aprovecharse del sistema.

Max, que piensa reabrir "pronto" su blog, ha tenido miedo a menudo de ser descubierto. "Desde el principio, sabía que un día dimitiría", agrega este padre de familia. Si vende 100.000 ejemplares del libro, dejará su trabajo.

En 2004, la francesa Corinne Maier, ejecutiva de Electricité de France (EDF), vendió en unos meses más de 200.000 ejemplares de un panfleto titulado Buenos días, pereza, traducido a 25 idiomas.