viernes, marzo 31, 2006

Libros: Freakonomics (la economía de lo anormal)


Alguna vez se han preguntado cosas como esta:

Por qué los carros automáticos tienen el orden de velocidades P R N D y no por ejemplo P D N R?, al fin y al cabo un carro siempre avanza mas hacia adelante que hacia atrás, solo por eso tendría mas sentido colocar la D antes de la R, o no?.

Por qué la llave del agua caliente siempre esta del lado izquierdo y la fría a la derecha y no al revés?

Por qué en política los partidos con una orientación basada en lo social y lo humano son llamados de izquierda y el polo opuesto de derecha, por que no al contrario?

Preguntas como estas, pareciendo estúpidas pueden tener respuestas realmente complejas e interesantes. De eso trata Freakonomics, un libro esencialmente de preguntas inusuales con respuestas originales. Steven Levitt, su autor, es un Economista profesor de la Universidad de Chicago quien se ha dedicado a algo diferente, por lo general se dice que quienes se dedican a estudiar la economía pasan seis meses del año pronosticando lo que ocurrirá el siguiente y los otros seis meses explicando en que se equivocaron. Este no es el caso de Levitt, según el todas las preguntas tienen respuesta si se busca dentro de los datos correctos, es en eso en lo que trabaja, en buscar respuestas a preguntas novedosas.

Cada capitulo de este libro es una pregunta, algunas de ellas: En que se parecen los profesores de escuela en USA a los luchadores de sumo en Japón?, Donde han ido los criminales?, Realmente importan los padres?, Por qué los traficantes de drogas viven aun con sus padres?. Para cada una, Levitt ofrece respuestas profundas y en ocasiones sorprendentes soportadas en la estadística y en la historia.

UN EJEMPLO

En la mitad de la década de los 90, Nueva York tenia un índice de criminalidad que superaba en términos de homicidios los 2000 casos por año, los analistas alertaban sobre el incremento interanual de 15% en este índice, al mismo tiempo que pronosticaban unos años terribles por venir, aconsejaban medidas urgentes para atacar la delincuencia con el fin de frenar su desborde. El presidente Clinton en ese entonces tuvo que intervenir ofreciendo ayuda federal para esto y es en esa época también cuando nace el famoso plan Bratton implementado por el jefe de la policía de la ciudad.

Luego comenzando el nuevo siglo, el índice había caído a un valor anual de aproximadamente 500 homicidios. Por qué esta caída tan fuerte?, habían funcionado los planes? qué paso con las predicciones de que las medidas frenarían la criminalidad?, porque no solo frenó sino que disminuyó notablemente en poco tiempo. Todas estas inquietudes tienen respuestas en el capítulo mas interesante y polémico de este libro, Where have all the criminals gone?. Según Levitt es cierto que las medidas adoptadas por las autoridades ayudaron a prevenir los crímenes, sin embargo según su análisis la verdadera razón de esta caída es la existencia de menos criminales en los Estados Unidos, como consecuencia de un hecho ocurrido en 1.972.

Se sabe que los hijos no deseados son un caldo de cultivo para la criminalidad, en términos matemáticos podría decirse que para un mayor número de hijos no queridos, mayor será la probabilidad años mas tarde de encontrarlos convertidos en criminales. En 1.972 se legalizó el aborto en USA y solo ese año, durante los meses siguientes a esta aprobación se realizaron 700.000 abortos, hoy en día ocurren 1.6 millones en un año. Considerando que la edad promedio de los criminales está entre los 20 y 30 años esto justificaría que justo casi 30 años después aprobada esta ley, existan menos delincuentes que en años anteriores. Curioso no?.

Para responder a la pregunta obvia, ....y esto no será casual?, Levitt realizó la misma investigación en los cinco estados de la federación americana donde se había aprobado el aborto antes de 1.972 y las estadísticas evidenciaron una caída similar a las evaluadas en Nueva York. Sin entrar en temas éticos o religiosos, concluye que estadísticamente el aborto luce como la única acción eficaz y efectiva para minimizar el crimen.

Así como esta pregunta y esa respuesta existen muchas otras, informaciones de interés y conclusiones interesantes, como por ejemplo que es 100 veces mas peligroso para un niño una piscina en una casa que un revolver escondido por los padres.

Este libro no tiene desperdicio, Stephen Dubnner su co-autor se encargó de organizar las ideas, investigaciones y entrevistas.

Por cierto para la pregunta los padres importan? luego de planteamientos interesantísimos concluyen con una historia desconcertante con estos dos Doctores (Phd), el primero hijo de una familia clase media ,estudiante brillante, blanco y querido por sus padres, el segundo, negro, pobre y pandillero adolescente, maltratado por sus padres en su infancia. Ambos llegaron a Harvard, pero los dos siguieron caminos diferentes, el blanco es Ted Kaczynski y el negro es Ronald Fryer, cual estilo de crianza fue mejor?

Sin duda, altamente recomendable

* * * * *


CV

viernes, marzo 24, 2006

e-feelings


Quien no ha tenido la oportunidad de despedir a alguien? algunos para nunca volver, otros para ver que tal les va por caminos diferentes, y unos para regresar luego de una corta temporada.

Creo que uno de los mejores sentimientos, al menos el que mas enseña, es el despecho y las despedidas así sean de amigos, conocidos o familiares, siempre tienen algo de arrabal, de rocola, de La Lupe, de tango. Ese algo que llega a tocar el punto G del alma, es decir lo que llamamos en criollo: Un Guayabo.

Tuve el privilegio de tener muchísimos despechos en una época cuando el boom de la tecnología aun no nos abrumaba, en honor a la verdad fueron mas los guayabos que los amores porque siempre tuve una facilidad inmensa para andar enamorándome solo. En esa época, un abandono si era puro, era auténtico. Cuando decias adiós sutil o traumáticamente no había vuelta atrás por un buen rato, no podías llamar a ningún celular, quizás a su casa lo que en ocasiones era peor ya que lo mas seguro era que no la encontraras, con lo cual el sufrimiento se triplicaba, obviamente nada de mensajes de texto, ni hablar del correo electrónico y mucho menos la mínima esperanza de chatear a media noche, en definitiva solo te quedaba la compañía del recuerdo, de un bolero, el insustituible alcohol y si eras un tipo afortunado algún pañuelo perfumado, si el asunto era realmente rudo, probablemente te tocaba como último recurso entrarle a una carta manuscrita con la esperanza de que fuera leída y en el mejor de los casos respondida.

Hoy en día ya no hay oportunidad de un guayabo de verdad, gracias a la tecnología es casi imposible tener un abandono cruel pero a la vez sabroso como los de antes. En la actualidad luego de una despedida cruda, si no la encuentras por mensajes de texto, la llamas, si te tiene en la lista negra de su celular usas otro teléfono, si no te responde al menos escuchas su voz en la contestadora y le llenas el buzón de mensajes, llamas a la gente que se la pasa con ella a ver si la consiguen, el mismo día te desahogas escribiéndole un e-mail para que lo lea tan pronto llegue a su trabajo y activas una cacería 7x24 para ver en que momento se conecta al chat, es decir, en el peor de los casos puede tomarte a lo sumo 48 horas hablar de nuevo con ella o al menos dejarle saber a través de todos los medios virtuales disponibles las cosas que le dirias cara a cara, es mas hasta un video casero pidiendo perdón es posible .

El e-feeling es lo que hoy día prospera, es decir los sentimientos apoyados en lo digital en lo electrónico, en lo virtual, no significa que estemos en contra de la tecnología, pero vamos la diferencia es enorme y la deshumanización avanza al mismo tiempo que la era digital.

Literalmente si te descuidas, así estés en Australia puedes no hacerle falta a nadie, simplemente porque siempre estarás muy cerca, cuando muy lejos a un solo click de distancia.

De despechos y guayabos a la vieja usanza, nada mas venezolano que la glosa de los tres adioses de Manuel Graterol Santander:

LA TARDE COMO CON PENA
SE PUSO UN TRAJE CENIZO
PARA UNA SOLITA AUSENCIA
TRES VECES NOS DESPEDIMOS

I
Que pena la de no verte

y estarte viéndote en sueños

en el suspiro pequeño

mitad vida mitad muerte

sin querer querer, quererte

sin ser de otro verte ajena

y mientras el viento suena

su guitarra entre las hojas

se estremece de congojas

LA TARDE COMO CON PENA

II
Que tarde para decirte

que es amargo estar soñando

escucharte conversando

y despertar sin oírte

escribirte y escribirte

sin recibir ni un aviso

sentir que el aire huidizo

hacia tu recuerdo avanza

y saber que la esperanza

SE PUSO UN TRAJE CENIZO

III
Que pena la que me hiere

estar los dos sin estarlo

buscar amor encontrarlo

y decir que no se quiere

sentir que casi se muere

la angustia con la presencia

amarse con la frecuencia

de corazones enteros

y tomar muchos senderos

PARA UNA SOLITA AUSENCIA

IV

Que tonto para engañarnos

apurando este desprecio

ponerle al olvido precio

y sin darnos cuenta amarnos

para otra vez encontrarnos

y ser así lo que fuimos

por eso cuando quisimos

enterrar todos los besos

rogando por tres regresos

TRES VECES NOS DESPEDIMOS